PUENTE PUKAYAKU

Cruza el río Yanamayo y es parte del camino inka.

LAGUNA DE PEROLKOCHA

Difícil de llegar pero vale la pena.

PIRUSHTU DE KONDOR

Centinela de San Luis, sobre Roqruwarka

FLOR DE SHAQAPA

Orquidea andina, que crece sobre los 4000 m.s.n.m.

MONOLITO CON LA FIGURA DE JAGUAR

Encontrado en centro poblado de canchabamba.

jueves, 15 de diciembre de 2016

EL ZORRO ANDINO




                                                  EN DEFENSA DEL ZORRO ANDINO.


Papa Silvestre
Atuqpa papan o papa del zorro

                                                                
Mientras caminábamos por Huachukocha, la emblemática laguna de mi tierra, avistamos a un zorro andino. Me causó mucha emoción verlo después de algunos años al precioso animal. Nuestro acompañante un amigo campesino con gran conocimiento del mundo andino, advirtió: Felizmente no se ha cruzado en nuestro camino, nos hubiera ido mal, es mala “seña”.  Este mensaje fue el inicio de una prolongada conversación y la siguiente reflexión.

El zorro es un animal universal. A diferencia de muchas especies que sólo  son propias de algunas latitudes, éste simpático animalito puede ser hallado en todos los continentes y climas, permitiéndonos apreciar sus distintos rasgos, tamaño, color y hábitos. Sin embargo nuestro personaje ha sido siempre visto como enemigo del hombre. Muchas culturas han tejido historias sobre el cuantioso daño que ha causado y sigue ocasionando a los hombres.  Seguramente el zorro, como todo depredador,   busca sobrevivir causando daños a campesinos, granjeros y ganaderos

La imaginación y fantasía humana, en forma indistinta, ha creado un conjunto de historias que protagoniza el zorro, en donde el pobre sale siempre lastimado. En las numerosas y diferentes narraciones en los que participa, pretende engañar, traicionar al hombre y a los propios animales con tal de sacar provecho para sí. Pero al final de la historia termina golpeado, herido o generalmente muerto.  Le hemos regalado gratuitamente algunas características más propias del hombre que del animal, como la astucia, la felonía, la fanfarronería y el provecho propio.

En el caso de la literatura andina, se puede encontrar al menos una docena de relatos en donde el zorro es protagonista, pero como en las otras historias, termina siempre malogrado el animalito de nuestro interés. La enemistad entre el hombre y el zorro, en cierta forma, fue iniciada o consolidada por la maldición del Dios Cuniyara Viracocha, por no haberle informado exactamente por donde huía su amada Cavillaca: “Aunque andes a distancia, los hombres llenos de odio te tratarán de zorro malvado y desgraciado” (1). Esa fue la maldición del todopoderoso de los andes.  Dos huaynos serranos testimonian el odio de los hombres y su presencia con el mal augurio y la traición como advirtió  mi acompañante.

Además de lo señalado, el zorro en un animal muy singular. En el ande es uno de los pocos animales que además de estas particularidades se le atribuye algunas pertenencias, supuestamente ha sabido “poseer y cultivar” algunas plantas silvestres como la papa silvestre (atuqpa papan) la granadilla silvestre (atuqpa puruqsan), la calabaza silvestre (atuqpa calabazun) confirmando su peculiaridad e importancia en el mundo animal y en el de los hombres. Solo el ratón y el cóndor están asociados a estas tenencias, el primero por su tamaño (uchsh puruqsa, granadilla pequeña) y el condor, el rey de las alturas, seguramente en razón a su importancia en la religiosidad andina.

Hasta aquí todo es historia y ficción. El problema es que en el ande la maldición y el odio hacia del zorro siguen latentes. Es común observar que los hombres en las partes altas, educan a sus hijos para matar y desaparecer al zorro, como también los perros son adiestrados para perseguirlo hasta darle muerte.  Estas conductas humanas están logrando que este animal como especie se halle en peligro de extinción. No hay duda que éste causa daños en los rebaños pero solo por su instinto de conservación. Empero no olvidemos que los hombres también hemos invadido su hábitat y estamos a punto de desaparecer sus medios de subsistencia, asegurando su presencia en zonas ocupadas por los hombres y sus actividades económicas. 

Hasta hace algunas décadas en las zonas rurales de nuestra región, habitaban dos especies de zorro andino.  Uno llamado pallian atuq, muy pequeño, del tamaño de un perro faldero, de color amarillento de lomo plomizo, orejas muy rectas, ojos rasgados, la cola frondosa y la cabeza casi triangular terminando en una nariz puntiaguda. Se alimentaba de roedores, reptiles, insectos, aves y carroña, ocupaba las zonas bajas principalmente, relativamente no constituía grave peligro para los criadores y ganaderos.  Esta especie se encuentra en grave peligro de extinción. El otro zorro (atuq simplemente) de tamaño mediano, de colores y costumbres parecidas al pallian, de color más castaño en algunos casos,   con un manto oscuro raleado con chispas blancas, capaz de devorarse una oveja adulta, temido y odiado por los campesinos. Habita en las zonas altas primordialmente. Felizmente este tipo de zorro aun sobrevive pese a la animadversión de los hombres.

Debemos entender en forma clara y enfática, que las mañas del zorro, solo se dibujan en las diferentes historias y ficciones que han creado los hombres. El astuto, felón y embustero solo existe en la fantasía humana. Este animalito como todos los demás (incluyendo a los hombres) tiene el derecho a su propio hábitat a ese espacio que lo hemos ido arrebatando e invadiendo poco a poco. Por eso tenemos que garantizar su sobrevivencia, para que las nuevas generaciones no solo escuchen los cuentos del zorro, sino que puedan apreciarlo, siquiera una vez en la vida, como un animal libre, hermoso y siga formando parte de esto lo que llamamos naturaleza. Porque la llamada naturaleza no debe ser solo de los hombres, sino de todo aquello que tiene y no tiene vida, que no es exclusivamente humano.

(    1)    .  Francisco de Ávila. Dioses y Hombres de Huarochirí