PUENTE PUKAYAKU

Cruza el río Yanamayo y es parte del camino inka.

LAGUNA DE PEROLKOCHA

Difícil de llegar pero vale la pena.

PIRUSHTU DE KONDOR

Centinela de San Luis, sobre Roqruwarka

FLOR DE SHAQAPA

Orquidea andina, que crece sobre los 4000 m.s.n.m.

MONOLITO CON LA FIGURA DE JAGUAR

Encontrado en centro poblado de canchabamba.

lunes, 14 de diciembre de 2015


                                            TSATSA WAQAY

El mes de diciembre en nuestra zona andina es una época de escasez, porque las cosechas del año se van terminando y las trojas se van vaciando. Apenas la nueva sementera y los campos empiezan a verdear con la consolidación de las lluvias de la estación. La situación podría ser más precaria si no fuera por la cosecha de las papas nuevas que los campesinos previsores han cultivado y sirven de valioso alimento en esta temporada. Sin embargo el último mes del año es festivo, una de estas celebraciones es el día ocho se conmemora la Purísima Concepción o la Inmaculada Concepción.

Esta es una fecha esperada por todos nosotros, los hombres de la sierra, le llamamos familiar y cariñosamente el sanku mikuy, en recuerdo a ese delicioso manjar preparado por las manos santas de nuestras madres y lejos del hogar añoramos su dulzura. El sanku se come después del almuerzo, lamentablemente esta buena y sana costumbre hoy casi ha desaparecido.

Todas las familias, acomodadas y pobres, aguardan esta fecha, reservando los mejores alimentos para el almuerzo familiar, el jamón ahumado, un cerdo o cordero engordado, fermentando la chicha de jora y preparando los deliciosos panes. En algunos lugares los festejos son mayores, con mayordomos, bulliciosas vísperas y corridas de toros.

En este día todas las familias, sin excepción, preparan o preparaban un rico y opíparo almuerzo, porque dicen que el ocho de diciembre se debe comer bien para no pasar hambre ni necesidades en el año que viene, como tampoco se abren los terrados para que las trojas nunca estén vacías. No obstante, en muchos casos, también existía una gran indigencia en nuestras zonas rurales andinas. Es el caso de una anciana que sufría el abandono y la pobreza material, por eso también a esta fecha se le denomina tsatsa waqay, que significa el llanto de la anciana. El siguiente relato nos ilustra porqué se llama así.

En una humilde morada vivía una anciana en extrema soledad. El esposo había dejado de existir hace larguísimos años, algunos de sus hijos corrieron la misma suerte, y los sobrevivientes desaparecieron sin dejar noticias, migrando seguramente a otros lugares en busca de las oportunidades negadas en su terruño. Subsistía la viejecita de la bondad de algunos vecinos caritativos, no obstante pasaba hambre, frío y grandes penurias.

Había llegado el Día de la Purísima Concepción, la anciana no había probado algún bocado, mientras observaba con sana envidia, el ambiente festivo hasta en los hogares más modestos. Aquel amanecer el hambre arreciaba más que nunca, lloró incansablemente recordando la abundancia de antaño, cuando el esposo y los hijos llenaban de bienes y de amor el hogar. Imploraba a Dios para que se la recogiera, para así cesar sus penas y sufrimientos.  

Aún llorosa se levantó muy temprano, para esperar la misericordia ajena. Cansada de esperar y guiada por un extraño presentimiento, se dirigió a su pequeño y abandonado huerto cruzando la desvencijada puerta. Entonces descubrió con inmensa sorpresa un verde follaje cubierto de flores blancas y rosadas, el huertito se hallaba poblado de plantas de papa en plena producción. Sin perder un minuto la viejecita cogió una herramienta y con sus escasas fuerzas obtuvo el preciado alimento, aliviando su hambre y probablemente el de algunos días posteriores.



Desde aquella vez esa variedad de tubérculos es llamada, ama wagay iusha, que significa, no llores, alégrate. En recuerdo a la anciana que con sus ruegos, hizo brotar de la madre tierra el preciado producto. Ama wagay iusha es una de las variedades de papa más sabrosas, que aún se puede hallar en algunas comunidades altoandinas de la región.