LAS TEMIBLES LEVAS Y EL SERVICIO MILITAR
El término levar, según la Real
Academia Española, es un verbo polisémico cuyo significado varía desde recoger,
arrancar, llevar, hasta hurtar. En este caso y para contar esta historia, vamos
a tomar en cuenta otra acepción del mismo texto, “hacer levas o levantar gente
para la guerra”.
Las levas efectivamente
designaban a aquellos reclutamientos forzosos que el estado ejecutaba para
asegurar el número de soldados del ejército, con el propósito de garantizar la seguridad
interna y externa del país. Según la antigua ley, el servicio militar, como su nombre precisa, era
obligatorio para todos los peruanos mayores de edad. Es decir exigía a los
jóvenes prestar servicios personales de manera gratuita en las instituciones
castrenses de la nación. Lastimosamente este servicio no fue equitativo, los
soldados enrolados procedían de campesinos y familias pobres, rara vez cumplían
con este deber miembros de otros sectores sociales.
Lo más reprochable de las levas,
fueron sus métodos de incorporación. Pues a falta de jóvenes voluntarios para
el servicio, fueron estos recogidos de manera coercitiva, siendo perseguidos y
capturados como vulgares delincuentes, luego trasladados a veces grandes
distancias, atados los unos a los otros para impedir su segura fuga. Aquellos jóvenes, hoy veteranos, que fueron parte de esta violenta aprehensión, relatan
que fueron apresados y conducidos como si se tratara de la caza de nativos
africanos, para proveer de mano de obra gratuita a diferentes partes del mundo.
Claro, que en nuestro caso, los jóvenes, fueron internados en cuarteles lejanos
a sus procedencias, para evitar su evasión y fácil retorno a sus pueblos de
origen.
Una vez “levados” estos muchachos
permanecían en los cuarteles generalmente dos largos años en el servicio
militar. Su formación era principalmente soldadesca, el ejercicio físico
constante, el adiestramiento en el uso de algunas armas y estrategias de
defensa eran básicamente su preparación. Los pobres soldados carecían de toda
instrucción técnica elemental para integrarse al mundo laboral y por el
contrario desempeñaron muchas veces el rol de sirvientes y empleados domésticos
de los oficiales de la tropa. A esto se
sumaban una serie de maltratos físicos y psicológicos irreparables, como han
relatado muchos “licenciados” protagonistas del temido servicio a la patria.
Otra consecuencia del servicio
militar obligatorio fue el desarraigo del joven respecto de su comunidad. El ex soldado que regresaba al seno del hogar
difícilmente se reincorporaba a su cultura local y a los hábitos abandonados. Se
mostraban al mismo tiempo suyos y extraños, no llegaban a incorporase
plenamente a su familia y terminaban generalmente migrando hacia las grandes
ciudades para proseguir con el nuevo estilo de vida aprendido.
Este tipo de enganches
verdaderamente atentaron ferozmente contra el derecho humano, pero felizmente
culminó en la década del sesenta del siglo pasado. En los siguientes años el servicio a la patria optó por otras
estrategias menos forzosas, pero su base social siguió siendo el campesino y
los sectores pobres. Por demás está señalar que la formación elemental, la
falta de adiestramiento en determinado oficio, el maltrato físico y psicológico
persistió. No obstante en la época del terror, a fines del siglo pasado, fueron
los verdaderos defensores del estado y del sistema democrático.
Pero no solo eso. En las
diferentes guerras desarrolladas por nuestras fuerzas armadas y el estado
peruano, el personal de tropa del ejército siempre estuvo conformado por gente
pobre, mestiza y nativa. Las guerras por
la independencia, los enfrentamientos de los diversos militarismos
protagonizados por caudillos hambrientos de poder, la guerra con Chile, las guerras
con Ecuador y toda amenaza interna y externa descansaron en el valor, la
lealtad y la dignidad de aquellos peruanos humildes y marginales. Aunque nunca disfrutaron
los beneficios de la república y del sistema democrático. Nuestro país como siempre contradictorio, lo defendieron los que lo padecen, mientras los que lo disfrutan rara vez lo salvaguardaron.
Pero aún hay más. Hace algunos
años un militar nacionalista, defensor acérrimo de las fuerzas armadas,
posteriormente Presidente de la República, quiso modificar sustancialmente la
estrategia de captación para el personal de tropa. Empero no se alejó de su
concepción tradicional clasista, proponía el servicio militar obligatorio para
todos los peruanos mayores de dieciocho años, pero con la excepción de aquellos
jóvenes que pudieran pagar una abultada multa.
De nuevo el patriotismo estaba reservado para los pobres, para los
peruanos que carecen de recursos económicos.
Finalmente el Tribunal
Constitucional hace pocos años, declaró la ilegalidad de la multa
para evitar el servicio militar, pero convalidando el sorteo para cubrir las cuotas que deje
el servicio voluntario (1) La sentencia señalaba que se expulsa del
ordenamiento jurídico la frase "multa de 50% de la UIT vigente a la fecha
en que se hace efectivo el pago". (2) Hoy la nueva ley del Servicio
Militar Voluntario “permite ejercer tu derecho y deber constitucional como
peruano de participar en la Defensa Nacional a través de la Marina de Guerra,
Fuerza Aérea o Ejército del Perú. Puedes hacer el Servicio Militar Voluntario
si tienes entre 18 a 30 años de edad. Esto te será retribuido con una
serie de beneficios y derechos para compensar tus necesidades y brindarte
posibilidades de desarrollo personal” (3) Ojalá se cumpla la norma, por la
dignidad y el futuro del soldado peruano.
(1) SOLO A LOS POBRES. Mientras tanto, ayer siguieron las críticas a esta medida. El exministro de Defensa Roberto Chiabra cuestionó que el Gobierno solo se exigía a los pobres. "Al que no tiene plata, a ese sí le pides conciencia cívica, mientras que excluyes del servicio al que puede pagar la multa” Diario PERÚ21 del 27 de marzo del 2013.
(2) Diario Gestión del 25 de mayo de 2014.
(3)
El Servicio Militar Voluntario está amparado en la Ley 29248. Estos son algunos de los derechos y beneficios a
los que se puede acceder:
·
Alimentación diaria, tres veces al día.
·
Dotación completa de prendas.
·
Asignación económica mensual, viáticos por
comisión de servicio, seguro de vida.
·
Acceso a prestaciones de salud en los sistemas
de salud en los hospitales o establecimientos de salud de la institución a la
que perteneces.
·
Instrucción militar, educación técnica
productiva, ampliando tus posibilidades de inserción en el mercado laboral.
·
Facilidades para el ingreso a las Fuerzas
Armadas.
·
Descuentos de hasta 50% en museos, eventos
deportivos y culturales.
·
Facilidades después del primer año para realizar
estudios en universidades o institutos en convenio con el programa Beca 18.