PUENTE PUKAYAKU

Cruza el río Yanamayo y es parte del camino inka.

LAGUNA DE PEROLKOCHA

Difícil de llegar pero vale la pena.

PIRUSHTU DE KONDOR

Centinela de San Luis, sobre Roqruwarka

FLOR DE SHAQAPA

Orquidea andina, que crece sobre los 4000 m.s.n.m.

MONOLITO CON LA FIGURA DE JAGUAR

Encontrado en centro poblado de canchabamba.

miércoles, 25 de agosto de 2021

PARA LOS ESTUDIANTES DE LA IE FITZCARRALD

 

CONSEJOS PARA CONSTRUIR IDEAS, HÁBITOS Y VALORES PARA UNA BUENA CONVIVENCIA.


Seguramente muchos, por no decir todos,  los de la generación de los 80, han  escuchado el hermoso tema musical “Todo a Pulmón” de Alejandro Lerner. Uno de sus estribillos dice  “…..defender mi ideología, buena o mala, pero mía, tan humana como la contradicción…” Inicio este artículo de opinión reflexionando sobre este verso, quizás sacándolo de su contexto, pero con un fin didáctico de llegar a los jóvenes, para apoyarlos en la construcción de sus  ideas, hábitos y valores,  porque a través de ellos  fundamentalmente nos relacionamos con nuestro entorno social y natural.

Una cuestión inicial y fundamental, es diferenciar las ideologías buenas de las  malas.  Las primeras tienen ese calificativo, en la medida que sirvan para  disminuir y desaparecer las diferencias de distinto origen, eliminar el odio, la discriminación,  es decir buscan construir un mundo más justo y humano. Las malas ideologías, por el contrario, promueven el elitismo, la inequidad, la indiferencia y el bienestar de unos pocos. Nunca fomentarán las buenas relaciones humanas,  ni  la búsqueda de la paz y del bien común, porque se sostienen en la jerarquía de unos sobre los otros. 

Por eso es menester enfatizar, de cómo vamos construyendo ideas, conductas, hábitos  y valores de distinta  naturaleza, para luego apropiarnos de ellas. Las etapas de desarrollo humano y los contextos en que nos desenvolvemos irán definiendo las mismas y,  en algún  momento de nuestra existencia,  vamos a tener que tomar posición en relación a temas políticos, económicos, ambientales,  religiosos y morales que tendrán incidencia en el resto de nuestra existencia.

Desde luego,  es importante identificar, analizar, contrastar y evaluar las ideas, comportamientos, valores que son frecuentes y forman parte de nuestro entorno. Luego determinar cuáles son adecuados y nos benefician haciéndonos personas de bien y ciudadanos cabales que contribuyen positivamente en la comunidad.

Vamos a intentar alcanzar algunas orientaciones,  para fortalecer actitudes que favorecen una equitativa y pacífica convivencia social. 

Un primer momento de la formación de nuestras convicciones personales lo hacemos teniendo en cuenta nuestros gustos e intereses personales, desde nuestro ser e individualidad. Sobre esto se añade  decisivamente la familia, sus creencias, sus convencimientos y credos. En este círculo íntimo,  deberíamos cuestionar, estereotipos y atavismos que muchas veces conservan nuestros antecesores. No podemos aferrarnos a lo que escuchamos o lo que vemos.  Debemos siempre dejar una rendija para oxigenar nuestras percepciones o permitir entrar un haz de luz que ilumine la inteligencia. Es necesario confrontar y determinar, si coincidimos con otros pensamientos. No basta que nos parezca  bien solo a nosotros, porque sin querer podemos vulnerar derechos de los otros. El culto absoluto hacia un líder, a una fanatizada ideología, a una  fe ciega o la exaltación de un libro por muy valioso que parezca,  deben estar descartados definitivamente.

Una segunda instancia en este proceso lo recogemos  desde otro entorno inmediato, de las ideas que tienen los compañeros de clase, los amigos y la propia escuela.   Puede ser que  este contexto esté  influenciado por ideologías de las personas mayores y de los propios docentes. Esto tampoco significa que sean correctas del todo, muchas veces el adolescente hace suyas  concepciones y hábitos de sus pares, sin un profundo conocimiento y sin estar completamente informado. Por ejemplo un conocido e importante partido político del siglo pasado, adoctrinaba en su ideología desde la niñez, posteriormente afianzaba en la juventud y aseguraba una militancia firme y leal en la adultez(1). En materia religiosa igualmente, los troncos familiares de una determinada congregación creen que sus descendientes deben profesar obligadamente su credo. O aun  en las profesiones,  los hijos deben seguir la carrera de sus padres. Estas cargas hereditarias niegan la posibilidad de crear, fomentar y fortalecer el pensamiento y  convicciones propias.

La  adolescencia es una etapa muy importante en la vida del hombre, desde este momento ya se puede, discernir, cuestionar y diferenciar,  con cierta claridad, entre  lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, pero sin perder de vista que  nuestras convicciones no solo deben ser de beneficio personal, sino también deben ser buenos para los demás, en un sentido holístico.

Sin embargo la fuente más sólida y real para la formación de esta identidad debe provenir de las lecturas y la vida de grandes intelectuales y personalidades de la historia (2). En estas lecturas y reflexiones encontraremos puntos de vista contrarios y en muchos casos conflictos y contradicciones muy agudas. Por eso es necesario leer y estudiar, porque si no lo hacemos pueden ser que consolidemos convicciones ajenas y opuestas a nuestros intereses y de las mayorías. Por el contrario, la buena lectura e  investigación, nos permitirá contar con información valiosa y argumentada, que va a nutrir la curiosidad y colmar nuestras expectativas. Finalmente cada uno de manera voluntaria y libre puede optar, por una propuesta política, por un modelo económico, por una u otra religión,  por un patrón de conducta y de valores, por un estilo de vida, etc.  Dependerá mucho de nuestra sensibilidad, inteligencia, gustos, e intereses. Lo importante es que hayan optado por una percepción incluyente, respetuosa, solidaria con el prójimo y la naturaleza. Eso es tener una buena ideología.

No nos olvidemos que el pensamiento de muchos hombres, culturas y sociedades se hallan argumentados  en teorías no científicas y falsas. Están invadidos de prejuicios, estereotipos y percepciones individuales o de grupos que defienden sus intereses. Esto genera la comodidad de unos pocos y el malestar de las mayorías,  promueve estatus que favorecen a unos, pero discriminan a otros. Por ejemplo, el racismo y todo tipo de discriminación hacia aquellos, que no son como ellos.

(    1)    El Partido aprista Peruano, uno de los más importantes del siglo XX, acostumbraba formar militantes desde las familias apristas. A los niños los agrupaban en los Chicos Apristas (CHAP) luego en los Jóvenes Apristas (JAP), era muy común encontrar hijos apristas de padres de la misma ideología.

(    2)    Cuando nos referimos a líderes de la historia universal, es necesario precisar que se trata de aquellos que dedicaron su vida al servicio de una causa noble y justa. Muchas veces son referentes equívocos los que por ambiciones personales o de su nación, sojuzgaron y saquearon pueblos creando muerte y desolación. Hay que mirar como paradigma a los que lucharon por la libertad, por la mejora de las condiciones de vida, por la paz y respeto a todos los hombres y las naciones.  Tenemos entre ellos por ejemplo a Mahatma Ghandi,  Martin Luther King, Nelson Mandela, etc.