PRONAMACHS, SUIZA, CORRUPCION Y EL CETICIO
(remando contra la corriente)
En estos tiempos en donde pocos ciudadanos han
desarrollado un pensamiento crítico y reflexivo, o si lo han hecho, se han
dejado ganar por oportunismo, la indiferencia, el silencio o la complicidad. A
pesar de eso, hay que seguir remando contra la corriente. Cuando los
comunicadores sociales, se ponen al servicio del poder de turno, cuando los
influencers difunden solo fiestas y celebraciones, pero esconden la penosa
realidad..... Hay que seguir nadando en contra de las olas. O cuando algunos
escribidores, engañan haciendo alabanzas a una comunidad al filo del
despeñadero y magnifican al pueblo como el paraíso de los encantos, porque los
bolsillos están llenos a costa de obras en diferentes gestiones. Nuestro deber
es informar la verdad, la dura realidad, y de ninguna manera, lo que muchos
quieren escuchar.
Después de esta advertencia, que seguramente no
gustará a muchos, prosigo con el texto que sugiere el título.
El encabezado del artículo, engloba cuatro
palabras que no tiene relación entre sí. Un acrónimo, el nombre de un lejano
país, un antivalor moral y el nombre de una planta extraña a esta localidad.
Pero en San Luis estos términos extraños, tuvieron una estrecha vinculación en
una coyuntura de su reciente historia. Por su puesto este encuentro se produjo
con el consentimiento de los paisanos, con la supuesta sabiduría de ingenieros
y con la buena intención del estado para promover el emprendimiento y mitigar
la pobreza.
Resulta que, por el año 1993, en pleno ejercicio
del dictador Alberto Fujimori, el estado suizo donó al gobierno peruano, a
través del Fondo Contravalor Suizo, alrededor de 34 millones de dólares para
ayudar a los campesinos de las zonas altoandinas. De esta cantidad de dinero,
correspondió a nuestra provincia un millón y medio de dólares. Al cambio actual
sería mas de cinco millones de soles. Este dinero fue administrado por
PRONAMACHS, (Programa Nacional de manejo de Cuencas Hidrográfica y de Conservación
de Suelos. Un órgano dependiente del Ministerio de Agricultura. Hoy se denomina
AGRO RURAL.
En San Luis, se organizó una oficina de esta
institución para invertir el dinero donado. Naturalmente con personal ligado al
fujimorismo, que de paso apoyaron a candidatos lugareños en las campañas electorales
locales.
Entre sus prioridades de trabajo se encontraban,
la mejora de suelos y pastos, el impulso de la ganadería, la construcción de
canales de irrigación, la introducción de forraje, la crianza del agua y el
apoyo a comunidades y grupos campesinos organizados. Como se observa, había un
conjunto de buenas intenciones, pero la realidad sería otra.
Una de las mayores aspiraciones de nuestro
distrito y las comunidades aledañas, ha sido y sigue siendo, la dotación de
agua para la agricultura. Por eso los ingenieros de PRONAMACHS, pergeñaron un
proyecto de irrigación que tendría su origen en Kalabasuyoq (Collota) que pasaría
por Mallquibamba, sobre Capulí y las faldas de nuestro Apu Potosí hasta arribar
a Asiacocha y Aquillayoq. El trazo del canal atravesaba zonas deslizables entre
Collota y Mallquibamba.
Sabido era y es, el problema del agrietamiento
en diferentes zonas de la localidad. A pesar de nuestras advertencias y
críticas, los ingenieros desafiaron a la naturaleza, pretendiendo llevar agua
por los lugares señalados. La obra fue un rotundo fracaso, dilapidaron grandes
capitales innecesariamente. Finalmente fue abandonada. Algo parecido sucedió
con un desubicado alcalde que mandó elaborar un millonario proyecto para llevar
aguas de la laguna Wachukocha al “Cono Norte”, cuando las aguas de nuestra
agonizante laguna, escasean los meses de estío.
Otro de los errores garrafales de los técnicos
de PRONAMACHS, fue también la inserción de la planta de ceticio en la localidad.
La propaganda se sostuvo haciendo apología de ser un vegetal forrajero que podría
servir de cerco verde y podría reemplazar a la vieja retama en los hornos de
cocción de tejas y ladrillos. Se precisó otras muchas virtudes de este vegetal,
oriundo de España, que se aclimató muy bien a las temperaturas templadas del
lugar. Empero este vegetal, señala la información, que es una especie altamente
invasiva y una amenaza grave para la flora nativa. Está prohibida su
introducción en diferentes países, por las características señaladas.
Lo cierto, real y concreto es que, en San Luis,
no sirvió ni de forraje, ni de cerco verde, ni de combustible de origen vegetal.
Aun el ganado caprino que engulle indistintamente diversas plantas, desprecia
el ceticio. Hoy se puede observar unos arbustos de hojas menudas con flores
amarillas invadiendo terrenos de cultivo, chacras áridas y caminos de herradura,
desde las zonas más cálidas, hasta alturas que promedia los 3500 msnm. Se ha
convertido en una plaga semejante al pikuyo o kikuyo.
Pero hay más. Fue la época dorada del fujimorismo. PRONAMACHS, auspició generosamente en el campo y la ciudad, la campaña electoral de los candidatos locales del dictador. Repartieron herramientas, semillas, alambres para cercos, etc. En las comunidades en donde tenía injerencia. Fue la primera vez que con tanto descaro invirtieron fondos del estado en beneficio del partido oficialista. Haciendo un balance, de los millones de soles de inversión del Fondo Contravalor Suizo, no queda una sola obra, un solo proyecto sostenible. Solamente el ceticio ha quedado como un monumento a la ineficiencia, a la mediocridad y una de las primeras muestras de la corrupción, que luego se hiciera común en las siguientes décadas.
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