CONSEJOS DESDE LOS 60, PARA LOS DE 30, MAS Y MENOS…
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Cada cierto tiempo (por lo menos
cada año) pregúntate, si estás haciendo las cosas bien, o estás yendo en la
dirección correcta.
Aprende a amar tantas veces y a
desenamorarte el mismo número de veces. No guardes rencores, ni trames venganzas
hacia las personas que has amado y, te han amado.
Nunca permanezcas en un solo
trabajo, eso desgasta, rutiniza, te quita visión. Cierra ciclos, empieza otros,
es lo que más aprendizajes y experiencias trae.
Rompe reglas de vez en cuando, solamente
si no afectas los derechos de los demás.
Respeta las opiniones ajenas, aunque
no sean respetables.
Trata de ser polifacético, canta,
escribe, lee, dibuja, pasea, cultiva flores, cría, practica diversos deportes,
baila, aunque no seas el mejor, has disfrutado todo.
Ama a tus seres queridos, no olvides
que hay dos tiempos realmente invalorables. Los años que dedicas a tus hijos
cuando son pequeños y el tiempo que dedicas a tus padres cuando son ancianos.
Trata de no endeudarte, y si lo haces,
cumple con tu obligación, aun sabiendo que el préstamo tuvo características de
usura.
No busques dinero fácil, a cambio de
tu dignidad y orgullo. Todos sabemos que un dinero abundante nunca
conseguiremos con un trabajo digno y honesto. A cambio tendrás una conciencia
tranquila y dormirás en paz.
Trata de no hacer riqueza, pero
aléjate de la pobreza. Ni pobre, ni
rico, es el justo medio, para que no tengas las preocupaciones del rico, ni las
angustias del pobre.
Antes que buscar la felicidad,
anhela una vida tranquila. La felicidad es fugaz, la tranquilidad puede ser
permanente.
Educa a tus hijos con tu
comportamiento y acciones, las palabras carecen del efecto instructivo.
Procura creer en dios, aunque dudes
de las religiones. Nunca entenderé que, bajo un solo Dios y el mismo libro,
proliferan creencias encontradas, fuera de toda razón y sensatez.
Cultiva y conserva amistades, este
importante valor es otra manifestación propia de los seres humanos. Pero si ellos
se alejan de tu vida, sólo se quedan contigo aquellos que piensan, creen y aman
como tú.
No dejes de hacer deportes y
actividades físicas, aun con décadas a cuestas. No se imaginan lo bien que le
hace al cuerpo y a la salud.
No todas las actividades a que te
dedicas arrojan ganancias, hay tareas y entretenimientos que te llenan el alma
sin ganar dinero.
La casa que con esfuerzo construiste,
son de tu prole. Tu casa, es la construyeron tus padres en donde creciste, es
parte esencial de tu existencia.
Nunca dejes de ayudar a los que
necesitan, ni sientas indiferencia por el dolor ajeno. Ayuda sin pensar en la
retribución.
Ama tu cultura ancestral, tu lengua,
tus costumbres. No asumas actitudes y conductas ajenas a tu realidad. , Te
desarraigan.
Trata de ser auténtico, que tu vida
e intereses se reflejen en tus ideas, pensamiento y acciones. No puede ser que
tu realidad sea una, y tu pensamiento y conducta sea distinta o contraria a
ella.
Ama tu profesión y/o oficio, por más
que no sea valorada. Sabes que una profesión la prestigia, quien desempeña bien
su labor.
A tu trabajo no lleves los problemas
de la casa o la familia. Al hogar tampoco lleves las dificultades y cargas
laborales.
Tu profesión o trabajo debe gustarte
realmente, de otra forma, debe ser una maldición trabajar en algo que no te
agrada.
No aspires a cargos importantes sin
merecerlo, ni estar preparado. Una mala gestión causa atraso y mucho daño a los
ciudadanos, a las instituciones y a los pueblos.
Si eres padres o madre, sé amigos de
tus hijos, asegúrate que los problemas que tienen seas el primero en saberlo.
Lee todos los días, es una de las
mejores formas de crecer como persona. La persona, definitivamente, es lo que
lee.
Nunca desarrolles fanatismo en la religión,
en el deporte ni en la política. El fanático es irreflexivo y pasional.
El sentido común y la sensatez vale
mucho más que la inteligencia, he visto hombres inteligentes sin sentido común
y viceversa, a los sensatos les va mejor en la vida.
Ama y respeta a tus padres y
hermanos. De otra manera nunca serás capaz de amar y respetar a otras personas.
Siempre habla la verdad y sin
esconderte, aunque te cueste odios y rencores. Nunca te calles ante una ofensa o
una injusticia, provenga de donde provenga.
No vayas publicitando tu imagen de
bueno o talentoso, nuestros vecinos son los que verdaderamente nos dan el
verdadero valor.
Ser honesto y respetuoso, cuesta,
empero, no se imaginan la paz que regala la práctica de estos dos valores.
A los sesenta, es como sentarse en
la cumbre más alta y mirar en el panorama tu pasado, los pasos dados y
desandados, tus acciones e inacciones, tus compromisos y tu indiferencia. Hay que
hacer un balance de tu contribución como miembro de tu comunidad. En esta edad te
detiene el tiempo para interrogarte, cuales son tus logros y si todavía tienes
el valor y entusiasmo para concretar lo que has dejado pendiente.
Finalmente, si alguien me preguntara
si cambiaría algo en una probable nueva vida. Respondería sin titubear, seguramente
que cambiaría muy poco. Siempre querré, nacer en los andes del Perú, ser
profesor y políticamente en las filas de los que aspiran la justicia
social.
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