El HUAYNO ANCASHINO.
Seguramente el huayno de Ancash,
es uno de los géneros musicales más ricos y variados en el Perú y en el ande.
Nacido en el corazón peruano, enriquecido con la fusión de melodías, ritmos e
instrumentos tanto propios como extraños, andinos como occidentales, que los
amantes de la música andina han sabido cultivar y embellecerla, incorporando
sentidas letras y sublimes melodías que atraviesan el alma de quien escucha y
ama.
Ancash, como una región diversa
geográfica y culturalmente, ha desarrollado un conjunto de manifestaciones “huayneras”
en diferentes provincias que conforman la región. El Callejón de Huaylas ha
difundido la festiva chuscada, apreciada a nivel nacional a través de grandes
compositores como Jacinto Palacios, Santiago Maguiña Chauca principalmente,
cuyas composiciones interpretaron famosas(os) como María Alvarado (Pastorita
Huaracina), Angélica Harada (Princesita de Yungay), Leoncio Giraldo (Gorrión
Andino), por citar a los que más se han difundido a nivel nacional. Mención
aparte merece el legendario conjunto Atusparia. Los instrumentos básicos que
acompañan la chuscada, son la guitarra andina, el acordeón, el violín y la
quena básicamente. No obstante en las últimas décadas han aparecido otros
intérpretes vernaculares, pero no han enriquecido sólidamente la producción
primigenia del huayno ancashino en general.
La zona de Konchucos igualmente
es rica en la creación y consolidación de la música andina y nuestro pasado
musical. Entre las provincias de Mariscal Luzuriaga y Pomabamba, encontramos
otra manifestación musical andina; el chimaychi, menos festiva y alegre que la
chuscada, pero de igual belleza. El instrumento que acompaña por excelencia es
el violín, además del arpa y en otro casos el pinkullo(1). Es
necesario reconocer en esta variante, a las cantantes Nila Villanueva
(Estrellita de Pomabamba), a Ana Villanueva (Anita Fajardo) y a los
compositores conchukanos, Eberth Alvarez y Paco Luna. En el caso de las
provincias de Huari, Asunción, Fitzcarrald y Raimondi, la composición e
interpretación del Huayno tiene similares características a la chuscada del
Callejón de Huaylas. Mientras en la provincia de Corongo sobresale Ernesto Sánchez
Fajardo (Jilguero del Huascarán) con un estilo muy singular que enriquece el
folklor ancashino.
Igualmente debemos destacar el
huayno de las provincias de Bolognesi y Ocros, pero con significativa variación
respecto a las mencionadas anteriormente. En algunos casos es acompañado por
instrumentos de viento, como el saxofón y el clarinete y en otros casos, acompañado
de la guitarra andina pero con fuerte influencia de la región de Huánuco. Las provincias de las costa ancashina por lo
que sabemos no han descollado en el cultivo de este género musical. De lo
expresado podemos colegir que el huayno ancashino, es quizás el más variado o
uno de los más heterogéneos y coloridos del país.
Esta hermosa y variada música
andina y ancashina, empero corre el peligro respecto a su continuidad y su
belleza. Por una parte, la falta de creación y composición de nuevos temas con
el mismo talento de nuestros ancestros, por otra la introducción de otros
instrumentos ajenos a esta tradiciones musicales y la falta de aptitud para la
creación musical andina, además de una de una proliferación de cantantes que no
reúnen las mínimas condiciones artísticas para desarrollar este sensible arte.
Es harto conocido que el huayno actual en el mejor de los casos es la
interpretación reiterativa de temas tradicionales y el peor de los casos, la
producción de temas musicales sin sensibilidad, sin arte e interpretada por
cantantes mediocres. En este sentido, la contribución al fortalecimiento y
modernización al huayno ancashino, es realmente pequeña.
A la incorporación del órgano, la
guitarra eléctrica y la batería en el huayno ancashino (teknohuayno) se suma
otro peligro, la introducción del arpa de la serranía limeña, este instrumento
de cuerda si bien es valioso en su contexto (Oyón y Cajatambo principalmente),
como elemento protagónico en el huayno ancashino, es realmente pernicioso.
Aleja a nuestro huayno de sus ritmos y melodías tradicionales. Este problema se
agranda cuando nuestros medios de comunicación se dedican a difundir sistemáticamente
esta nueva música, a tal punto que las nuevas generaciones no las distinguen de
nuestra música tradicional. El teknohuayno y el arpa no solo han invadido
Ancash, crecen como una mancha de aceite en todo el territorio nacional.
Lo que aquí señalamos no significa
una defensa cerrada de la música tradicional ancashina. Como en todo orden de
cosas, la música está sujeta a modificaciones y permanencias, pero las
transformaciones deben superar mínimamente a las que los originaron o
generaron. Es necesario que la escuela la familia y la comunidad, se involucren
para el renacimiento del huayno ancashino, expresado en su modernización, pero
sin dejar de lado sus raíces que le otorgan una identidad propia, en la
heterogénea música andina peruana.
(1) El
pinkullo es una flauta andina usado en forma vertical, el chimaychi es
acompañado por un tipo de pinkullo horizontal, algo parecido a la flauta transversa.
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