viernes, 22 de enero de 2016






El HUAYNO ANCASHINO.

Seguramente el huayno de Ancash, es uno de los géneros musicales más ricos y variados en el Perú y en el ande. Nacido en el corazón peruano, enriquecido con la fusión de melodías, ritmos e instrumentos tanto propios como extraños, andinos como occidentales, que los amantes de la música andina han sabido cultivar y embellecerla, incorporando sentidas letras y sublimes melodías que atraviesan el alma de quien escucha y ama.

Ancash, como una región diversa geográfica y culturalmente, ha desarrollado un conjunto de manifestaciones “huayneras” en diferentes provincias que conforman la región. El Callejón de Huaylas ha difundido la festiva chuscada, apreciada a nivel nacional a través de grandes compositores como Jacinto Palacios, Santiago Maguiña Chauca principalmente, cuyas composiciones interpretaron famosas(os) como María Alvarado (Pastorita Huaracina), Angélica Harada (Princesita de Yungay), Leoncio Giraldo (Gorrión Andino), por citar a los que más se han difundido a nivel nacional. Mención aparte merece el legendario conjunto Atusparia. Los instrumentos básicos que acompañan la chuscada, son la guitarra andina, el acordeón, el violín y la quena básicamente. No obstante en las últimas décadas han aparecido otros intérpretes vernaculares, pero no han enriquecido sólidamente la producción primigenia del huayno ancashino en general.  

La zona de Konchucos igualmente es rica en la creación y consolidación de la música andina y nuestro pasado musical. Entre las provincias de Mariscal Luzuriaga y Pomabamba, encontramos otra manifestación musical andina; el chimaychi, menos festiva y alegre que la chuscada, pero de igual belleza. El instrumento que acompaña por excelencia es el violín, además del arpa y en otro casos el pinkullo(1).   Es necesario reconocer en esta variante, a las cantantes Nila Villanueva (Estrellita de Pomabamba), a Ana Villanueva (Anita Fajardo) y a los compositores conchukanos, Eberth Alvarez y Paco Luna. En el caso de las provincias de Huari, Asunción, Fitzcarrald y Raimondi, la composición e interpretación del Huayno tiene similares características a la chuscada del Callejón de Huaylas. Mientras en la provincia de Corongo sobresale Ernesto Sánchez Fajardo (Jilguero del Huascarán) con un estilo muy singular que enriquece el folklor ancashino.

Igualmente debemos destacar el huayno de las provincias de Bolognesi y Ocros, pero con significativa variación respecto a las mencionadas anteriormente. En algunos casos es acompañado por instrumentos de viento, como el saxofón y el clarinete y en otros casos, acompañado de la guitarra andina pero con fuerte influencia de la región de Huánuco.  Las provincias de las costa ancashina por lo que sabemos no han descollado en el cultivo de este género musical. De lo expresado podemos colegir que el huayno ancashino, es quizás el más variado o uno de los más heterogéneos y coloridos del país.

Esta hermosa y variada música andina y ancashina, empero corre el peligro respecto a su continuidad y su belleza. Por una parte, la falta de creación y composición de nuevos temas con el mismo talento de nuestros ancestros, por otra la introducción de otros instrumentos ajenos a esta tradiciones musicales y la falta de aptitud para la creación musical andina, además de una de una proliferación de cantantes que no reúnen las mínimas condiciones artísticas para desarrollar este sensible arte. Es harto conocido que el huayno actual en el mejor de los casos es la interpretación reiterativa de temas tradicionales y el peor de los casos, la producción de temas musicales sin sensibilidad, sin arte e interpretada por cantantes mediocres. En este sentido, la contribución al fortalecimiento y modernización al huayno ancashino, es realmente pequeña.

A la incorporación del órgano, la guitarra eléctrica y la batería en el huayno ancashino (teknohuayno) se suma otro peligro, la introducción del arpa de la serranía limeña, este instrumento de cuerda si bien es valioso en su contexto (Oyón y Cajatambo principalmente), como elemento protagónico en el huayno ancashino, es realmente pernicioso. Aleja a nuestro huayno de sus ritmos y melodías tradicionales. Este problema se agranda cuando nuestros medios de comunicación se dedican a difundir sistemáticamente esta nueva música, a tal punto que las nuevas generaciones no las distinguen de nuestra música tradicional. El teknohuayno y el arpa no solo han invadido Ancash, crecen como una mancha de aceite en todo el territorio nacional.




Lo que aquí señalamos no significa una defensa cerrada de la música tradicional ancashina. Como en todo orden de cosas, la música está sujeta a modificaciones y permanencias, pero las transformaciones deben superar mínimamente a las que los originaron o generaron. Es necesario que la escuela la familia y la comunidad, se involucren para el renacimiento del huayno ancashino, expresado en su modernización, pero sin dejar de lado sus raíces que le otorgan una identidad propia, en la heterogénea música andina peruana.


(1)    El pinkullo es una flauta andina usado en forma vertical, el chimaychi es acompañado por un tipo de pinkullo horizontal, algo parecido a la flauta transversa. 

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