viernes, 22 de enero de 2016






KUCHI PISHTAQ.

Por razones de trabajo me levanté muy temprano, a esos de las cuatro y media de la mañana. El cielo sanluisino se encontraba limpio, sereno. Algunas estrellas ya iban desapareciendo seguramente porque el tayta inti empezaba a lanzar sus primeros destellos para luego hacerse dueño del día. Pero había una estrella que aun brillaba firmemente, apenas sobre el Cerro Cóndor de Roqrowarko (1), grande y hermosa, como negándose a desaparecer. Acompañaba a ésta otra mucho más pequeña, pero con tanta intensidad como su compañera. Era un espectáculo maravilloso, como para no dejar de mirar, por un lado el azul tenue del cielo serrano, la naciente luz del alba y en contraste la silueta oscura de la montaña aledaña y sobre ella el brillo plateado de esta lejana estrella.

A este astro celeste se denomina en el idioma quechua, waraq quyllur, estrella del amanecer o lucero del alba (2).  Pero además en el mundo andino, lo identificamos cariñosamente como KUCHI PISHTAQ, que significa literalmente el “que mata cerdos”. Seguramente muchos amigos se preguntan qué tiene que ver este nombre con la belleza y el halo de la estrella?  Bueno, aparentemente no tiene relación alguna. No obstante ésta es la tradición que en cierta forma responde a la curiosidad y el origen del nombre popular de la estrella. En Ancash o en esta parte de la región, era una costumbre criar cerdos y cebarlos para su posterior beneficio. El sacrificio del pobre puerco constituía toda una ceremonia y como para todo acto ritual había que prepararse minuciosamente y con anticipación. Los matarifes, las ayudantes para la cocina, el ichu (3) traído desde las frías punas para quemar y retirar la cerda, peroles de cobre para preparar el chicharrón, recipientes de metal para recoger la manteca,   aswanas (4) para la cocción del mote, ingredientes para los embutidos (yuraq morcilla y yana morcilla), cebolla para la ensalada, platos y servilletas para convidar a los vecinos. En fin, los preparativos se hallaban en relación al número de estos pobres animales que serían sacrificados.  

Pero seguirán preguntándose qué tiene que ver esta historia con el lucero del alba? En realidad el sacrificio de los cerdos se realizaba al amanecer. La fulgurante estrella que aparece entre estas horas, servía y aun sirve como un referente horario para el inicio la matanza de los inocentes animales y aun para iniciar otras actividades en la actualidad. Bueno lo cierto era que el Kuchi Pishtaq, anunciaba la hora adecuada para el inicio de la faena. La familia completa estaba de pie, alistando lo necesario para facilitar la tarea de los diligentes ayudantes. Matar el cerdo, quitar la cerda, seccionarlos era un trabajo al mismo tiempo extenso, complejo, difícil pero divertido. Su inmediato provecho se iniciaba con la fritura de algunas menudencias para el desayuno, pero el gran banquete era el almuerzo del día siguiente, consumada la ardua jornada.

La preparación de los deliciosos chicharrones, supone experiencia y conocimiento, se acompañaba con mote de maíz o de trigo, papas mondadas, cancha, salsa de cebolla y ají con wakatay (5). Además de la sopita de Ancay (6), para que mitigara los efectos del plato principal. Finalizaba la tragantona con una copita de un buen pisco, de donde seguramente nace el dicho popular, para matar el chancho. El asunto no terminaba ahí, la solidaridad en el mundo andino, también se extendía en este acontecimiento. Este plato típico era compartido con todos los vecinos, convidaban la vianda en platos envueltos con blancas servilletas, transportadas en una pequeña canasta. Cuando algún vecino mataba un cerdo, era de esperar el disfrute del delicioso platillo.

Sin embargo otras versiones afirman que la carnicería del cerdo a esas horas de la madrugada, obedece a que se quería esconder el suceso por no compartir la vianda con los demás. No obstante es sencillamente imposible ocultar el acontecimiento. La interrupción de la paz matinal,   la penosa bulla del animal agonizante, el griterío de los ayudantes y sobre todo el olor penetrante del chicharrón, es realmente difícil de encubrir. Por otra parte argumentan los entendidos que se beneficia a esta hora porque sencillamente a la carne del cerdo no le debe dar el sol, porque de ella se va obtener otros productos como el jamón, los embutidos, la manteca, el chicharrón para su consumo posterior y no tendrían el sabor y la conservación necesaria, si los rayos del sol hubieran alcanzado la faena.




En general en el mundo andino la solidaridad y la reciprocidad, son valores muy arraigados, lo llevábamos en nuestros códigos genéticos. Empero con la penetración del mercado, las nuevas generaciones se van haciendo muy individualistas, están dejando de lado la virtud de compartir y dar ayuda a los demás. Así también esa costumbre de beneficiar los cerdos para compartir, va desapareciendo. Este artículo quiere rendir un  homenaje a esas recordadas tradiciones de reciprocidad y de buena vecindad en nuestra querida tierra, ojalá lo hayamos logrado.

(    1)    Apu/cerro tutelar que se encuentra al sur- este del pueblo.
(  2)    En realidad la estrella mencionada, es el Planeta Venus, por eso tiene un resplandor tan   impresionante. La denominación Venus en la mitología romana (afrodita para los griegos) es el nombre de la Diosa del Amor. 
(    3)    Pasto natural de las zonas altoandinas.
(    4)    Ollas grandes de arcilla.
(    5)    Planta aromática que se muele con el ají.
(     6)   Sopa de trigo tostado.

2 comentarios:

  1. No olvidemos que Venus en la antigüedad griega simbolizaba el amor sensual, y el compartir practicado en las comunidades andinas al amanecer que describes, es perfectamente un acto de amor fraternal, concordante con la tradición andina, lamentablemente en camino a la extinción actualmente. Entre ambas culturas parece existir puntos en común. Excelente artículo amigo Fredy. Saludos.

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  2. Es impresionante que dicha costumbre ya no se practica, en la actualidad cuando se sacrifica al cerdo, este ya no grita, por la técnica que se utiliza, y tampoco se utiliza el ichu, esto ha sido suplido por el soplete con gas; y en un futuro muy cercano esto será solo un recuerdo de mucho de nosotros.

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