lunes, 7 de agosto de 2017







DE HUAYNOS, CHUSCADAS, CHIMAYCHIS Y SUPUESTOS AUTORES 

  
En la actualidad han explotado como por arte de magia un conjunto de manifestaciones musicales andinas. Unas han contribuido a enriquecer nuestro acervo artístico, otras en mayor proporción y siendo muy sinceros, no han fortalecido el folklor musical andino, tanto en su ritmo, melodía y contenido. Se echa de menos y se extraña las melodías de las chuscadas y chimaychis ancashinos, sus letras muy sentidas y lindantes con la poesía, que sinceramente daban ganas de escuchar y por supuesto bailar. En ese sentido rendimos nuestro homenaje a grandes compositores ancashinos como Jacinto Palacios, Santiago Maguiña, Ever Álvarez, por citar a algunos de los más representativos.

Numerosas interpretaciones musicales actuales solo han logrado mimetizarse en “nuevas” composiciones, adulterando temas y ritmos tradicionales. La tecnocumbia ha recurrido sistemáticamente al huayno andino y seguramente una gran proporción de esta producción musical tiene esa procedencia. Igualmente muchos huaynos han sido reinterpretados insistentemente denotando pobreza en la creación musical actual. Se extraña por ejemplo aquellas letras como; “si por pobre me desprecias digo que tiene razón, amor pobre y leña verde arde cuando hay ocasión”. O aquel magnífico huayno del trovador que conversa con su enamorado corazón, “…...comprenderás corazón, el dolor del desengaño, a pesar que le tuvimos un amor puro y sincero….” Podemos citar así un gran número de canciones cuyas letras aun siendo tristes y melancólicas llaman a la reflexión, como por ejemplo ese huayno Madre Soltera, que era infaltables en nuestras ceremonias de homenaje por el segundo domingo de mayo.

Otros casos son aún más lamentables. Algunos intérpretes se han apropiado de canciones antiquísimas y señalan en forma desvergonzada como creación propia. Seguramente las autorías de numerosas canciones se han perdido en el tiempo, lo que aprovechan de manera poco ética y decorosa algunos paisanos para autoproclamarse autores. Verbigracia, hay un huayno que fue cantado en la década del ochenta por la “Perlita de Huanchay” como “San Luis Plaza Fresnecito”, luego a comienzos del año dos mil como “Chacas Plaza Ichu Ichu”. Lo curioso es que entre sanluisinos y chacasinos se ha desatado una controversia para dirimir si la canción pertenece a San Luis o a Chacas, cuando en realidad probablemente no pertenezca a ningunos de esos dos pueblos y es mucho más antigua de lo que creemos y los que se han reconocido falsamente ser sus autores. 
  
Por otro lado, muchos cantantes, aun sin tener cualidades para el canto, se han declarado artistas cuando están muy lejos de serlo. Ser artista significa dejar por lo menos una obra importante que lo identifique y perdure en el tiempo, además debe ser referente para las nuevas generaciones que quieran encaminarse en la difícil, sensible pero hermosa tarea de la creación del arte. A través de estas líneas queremos promover un verdadero arte, de promocionar la música andina reconociendo a los auténticos artistas, intérpretes, compositores y cantautores. Porque si no hacemos una seria reflexión y buscamos estrategias para difundir la magnífica música andina, vamos a concurrir a su seguro envilecimiento y degradación.

Como escribimos hace un tiempo, el huayno debe modernizarse, evolucionar como género musical. Los últimos tiempos lastimosamente en vez de mejorar está involucionando tanto en la calidad de los ritmos, melodías y la propia letra. Poco dignas son letras como éstas, “sácame la vuelta pero no me dejes, si te vas llévame contigo”. Por su puesto tampoco estamos postulando a favor de temáticas moralistas y conservadoras, pero si a través de la música se pueda sensibilizar y educar a los niños, niñas y adolescentes, en buena hora. Amalaya lleguen los tiempos en que nuestra música, no contenga mensajes que promuevan el consumo del alcohol, la violencia de género, o que solo retraten el sufrimiento y el rencor. Y por el contrario ojalá arribe la música que rinda tributo a la vida, a la naturaleza, a la patria, a la mujer, al amor propio y que reafirmen los valores y la buena convivencia.



Finalmente podemos afirmar sin temor a equivocarnos que en la música andina existen también copiosos temas clásicos. Este último término, entendido y relacionado como en otras artes y en nuestro huayno también, a la belleza, al equilibrio, a la trascendencia en el tiempo y su influencia en tiempos posteriores a su creación. En este sentido el huayno, la chuscada y el chimaychi tradicional ancashinos siguen siendo clásicos en la música andina, seguramente las siguientes generaciones las seguirán disfrutando, a diferencia de aquellos temas mediocres que no pasarán por el estricto filtro del tiempo y de nuestros exigentes y huayneros oídos. 


1 comentario:

  1. Hola, verdaderamente es lamentable la degeneración de nuestra música; lo que pasa es que la gente no tiene oído para una música de verdad. También porque no cultivan otras músicas, no todos tienen la suerte de nosotros de cultivar diferentes tipos de música y eso nos hace sentir y sufrir; la degeneración en todo sentido pero especialmente que no tiene ningún sentido sus letras y los ruidos que aturden en vez de alegrarte el cuerpo. Porque la música es aquella que te hace vibrar y estas nuevas producciones pues al menos a mí me mortifican.

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