sábado, 24 de julio de 2021

HUARAZ, EN TU ANIVERSARIO

 

LAS SIETE PLAGAS QUE ASOLAN…………… HUARAZ.

(A PROPOSITO DE LA CICLOVIA)

Probablemente, este aniversario, no es el momento ideal para hacer reproches a los ciudadanos y a las autoridades que creen gobernar. Seguramente en vez de sermones, esta ciudad que nos acoge merece  elogios y aplausos,  pido perdón que en mi calidad de hijo adoptivo escriba críticas en vez de alabanzas, no obstante,  es una forma de amar y cuidar esta urbe,  porque los cumpleaños son también tiempos para reflexionar lo que hemos y no hemos hecho y lo falta por hacer.

En estos largos años de existencia, Huaraz,  tiene la desventura  de arrastrar diversos problemas, a pesar de estar enclavada en una de las zonas más hermosas y singulares del planeta. Su incomparable paisaje, sus bendecidas aguas abundantes y diáfanas, su cielo turquesa adornado por albas nubes, su aire límpido que la envuelve, su clima benigno y auspicioso y  sus campiñas que se extienden hacia el Callejón de Huaylas, son motivos suficientes para que sea una de las ciudades más atractivas de esta patria que tanto amamos.

No obstante, en estas últimas décadas principalmente, ha sido invadida por graves problemas, como si fueran plagas que se multiplican y fortalecen. La mayor pena y frustración,   es que ni autoridades, ni los ciudadanos,  quieren combatirlas o resolverlas permitiendo que se conviertan en  habituales, como si fuera parte de la vida e historia de la capital de la región, cuando verdaderamente no es así. Los siguientes,  son los azotes que asolan esta acogedora ciudad.

La primera plaga y la causante de todas las demás. Son las autoridades ineptas y corruptas que creen gobernar. Sin sensatez, inteligencia y visión. Por sus manos han pasado decenas de millones de soles, sin embargo, no ha quedado un sola obra importante y significativa, que resuelva tantas carencias que agobian. No han sido capaces de construir un hospital, un terminal, un metro de infraestructura vial, sin embargo muchas fortunas privadas se decuplicaron, muchos bolsillos y cuentas se colmaron a  costa del desorden y el incierto futuro de la urbe.

La segunda plaga es la contaminación ambiental, expresada en el arrojo irracional de desechos sólidos en el campo y los ríos. Es penoso contemplar las contaminación absoluta del rio Santa, el Hatun Mayu de nuestros ancestros, el más importante de la cuenca del Pacifico. Hoy discurre   exánime y agonizante,  secuela de diversos residuos que arrojan en todo su recorrido. La misma historia le tocará al Quillcay, indispensable fuente de vida, si no se toman las medidas correctivas ahora. Por demás esta señalar la contaminación de los suelos en la ciudad y las áreas rurales, que los vientos y los hombres se encargan de  esparcir sin remordimiento.

Una tercera plaga, es el caos vehicular y la falta de infraestructura vial.  Las autoridades locales nunca gestionaron para el largo plazo en este rubro.  En  las últimas décadas, se ha construido muy poca infraestructura vial. Las únicas vías que descongestionan medianamente el tránsito,  son las avenidas  Confraternidad Este y Oeste, la primera aun inconclusa, pese a la bonanza económica pasada. Mientras tanto, se ha incrementado el parque automotor de manera sideral. A esto hay que añadir otro infortunio,  la intrusión de mototaxis que han invadido la ciudad, ignorando  las reglas de tránsito y toda de norma de convivencia urbana. Las calles de Huaraz se han convertido   en estacionamientos gigantescos y gratuitos. A esto hay que añadir la descomunal insensatez de implementar las “ciclovías”, denotando la absoluta  ineptitud y sentido común de las autoridades.

La cuarta plaga es el crecimiento del comercio informal y ambulatorio. Esta actividad se ha adueñado de la ciudad. En fechas importantes,  las principales calles son tomadas y convertidas en bulliciosas ferias. El comercio formal,  igualmente, en algunas zonas se ha apropiado las veredas y espacios adyacentes, mientras los transeúntes exponen su integridad física, lidiando con diferentes tipos de vehículo en su desplazamiento diario. Las avenidas principales están atiborradas de letreros, paneles y otros tipos de publicidad, que deteriorando el ornato.

La quinta plaga es el caótico crecimiento urbano.   Existen barrios que a pesar de ser recientes constituyen un verdadero problema. Han proliferado edificaciones  altas,  con calles angostas y vehículos estacionados. El distrito de independencia no tiene una plaza, carece de un local para el gobierno edil, no posee áreas verdes y de esparcimiento. Mientras en Huaraz, el crecimiento urbano vertical han sobrepasado las recomendaciones de especialistas, ya que la zona es azotada por fenómenos de carácter sísmico. La ciudad carece de suficientes avenidas longitudinales  que puedan dinamizar nuestro tránsito caótico.




La sexta plaga es el desborde frecuente de las aguas servidas.  Las lluvias  colapsan el alcantarillado,  inundan las calles y veredas con aguas turbias y fétidas que los vehículos se encargan de esparcir.  Esto se produce como secuela que muchos  conciudadanos han instalado en forma irresponsable los desagües pluviales de sus domicilios a las tuberías de las aguas servidas. En este desastre se incluyen  los desagües de las áreas y locales de servicios de salud,  que como se pueden imaginar, contiene diferentes tipos de microorganismos y bacterias altamente dañinos. A la fecha no ha habido una sola autoridad que haya abordado y enfrentado este agudo problema

La séptima plaga  es la invasión de los canes. Decenas de perros habitan en las calles, causando zozobra a los transeúntes y en general a aquellos que se desplazan en motocicletas y bicicletas lineales.  Muchos de estos pobres animales no tienen dueño,  vagan en las calles, mientras  en otros casos, los propios vecinos crían sus mascotas en forma indolente en los espacios exteriores  a sus domicilios. No hay una cuadra que no esté infestada de sus desechos. Igualmente constituye un problema de salud pública que las autoridades parecen no percibir ni entender.

Los que gobiernan la capital de la región, se encuentran en el limbo,  muy lejos de la realidad. No comprenden su rol, menos la magnitud de estos agudos problemas. Creen  seguramente vivir en una ciudad segura, limpia y ordenada, cuando diversos flagelos se están desbordando,  nadie toma decisiones para reorientarlos o resolverlos definitivamente.


1 comentario:

  1. Ojalá, todo este caos que mencionas, que no solo destruye la bella ciudad de Huaraz, sino que padecemos de este mal en todo el País; se necesita de gente con visión que trabaje para el bien común y no solamente para sus bolsillos...

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