YAWAR KOCHA
En la zona sur de mi distrito, en la parte
alta, en las faldas del apu tutelar Potosí, apenas en donde termina el pueblo y
comienza la paz del campo y la zona rural, se encuentra una pequeña laguna. No
tendrá ni una centésima de yugada de área, pero sobre ella se ha tejido
distintas historias que nos sobrecoge de miedo e inseguridad, a los que
habitamos a unas cuadras hacia abajo de este hermoso lugar. Parece más un
puquio grande (1) que una laguna. Su nombre es Yawar Kocha, que
literalmente significa laguna de sangre. Como reitero es muy pequeña, pero
dicen los antiguos que su profundidad es colosal. Está cubierta de una lámina aceitosa
de color rojizo, quizás por eso ha tomado el nombre antes señalado.
El respeto que nuestros ancestros le tenían a
este espejo de agua era inmenso. Vivían pendiente del volumen que adquiría en
los tiempos de lluvia, por eso en forma semestral la desaguaban. Nos repetían
con insistencia que Yawar Kocha alguna vez provocaría un gran aluvión y
desaparecía la comarca. Por este motivo, con mucho empeño nuestros ascendientes en
faenas comunales la drenaban al término y al inicio de cada lluvia, captando y
arrojando las aguas de toda la parte alta hacia Saksakocha y al otro lado hacia
Pasaq (2).
Como les contaba, alrededor de esa lagunita se
esconden historias interesantes y al mismo tiempo terribles. La primera
historia, contaban los sabios de la comunidad, que habita en ella un hermoso
toro de gran tamaño. Se encuentra fuertemente atado a gruesas cadenas y cada
vez que sacude los hierros tratando de romperlos para escapar, ocasiona movimientos
que causan el permanente agrietamiento del pueblo. No nos olvidemos que, en el
mundo andino, el toro es el causante de grandes huaycos. Dicen que el cuadrúpedo
cuando logra salir es empujado por grandes cantidades de agua y galopa cuesta
abajo llevándose todo a su encuentro, animales, chacras, puentes, senderos,
viviendas y seres humanos.
Otra versión más trágica cuenta que dos hijos
del principal del lugar, heredaron la comarca en partes iguales, separados
desde una pequeña colina llamada Quelley Kuwana (3). De este de hito nacieron
los dos barrios tradicionales del pueblo, washa y kay barrio (4). En un principio las
cosas andaban muy bien, pero, como en la vida de los seres humanos siempre
alguien cultiva envidia, y mezquindad por el crecimiento del prójimo, sin darse
cuenta que algunos hombres trabajan y se dedican más que los demás. En este sentido, el hermano menor, víctima de la
dentera por los progresos del otro, inició hostilidades por el reparto de agua
y la entrada de animales a las pasturas. Con el transcurrir del tiempo se
acentuaron las rivalidades y en un acto de traición, el mezquino asesinó al
hermano junto a la laguna. Dicen que la sangre del familiar tiñó las aguas
límpidas del pozo. No transcurrió mucho tiempo, las amarguras y remordimientos
de Caín, lograron que éste se quite la vida, en el mismo lugar del crimen
anterior. Las aguas del puquio se volvieron a manchar con la misma sangre. Felizmente la descendencia de la aciaga
familia vivió en armonía, tomando como lección la tragedia de los padres.
En la actualidad esta laguna permanece anónima
e ignorada por los habitantes del lugar. Ahora la población se ha extendido en
sus cercanías, no obstante, la tierra sigue agrietándose, deslizándose, quizás el
macizo toro aún sigue luchando para romper sus cadenas para lograr su anhelada
pero peligrosa libertad.
(1)
Manantial
u ojo de agua
(2)
Pasaq,
se ubica en los alrededores de la Institución Educativa Carlos Fermín
Fitzcarrald, la regata fluía exactamente hacia la entrada principal del colegio.
Para ser más precisos en la cuadra 02 del Jirón José Olaya, barrio de Ramón
Castilla. En la actualidad ha desaparecido, solo en ocasiones tiene crecida.
( (3)
Quelley
kuwana, significa en donde se funde la plata, cuentan que este lugar que se
encuentra en la parte norte, al finalizar el pueblo, fueron hechas las primeras
campanas de la iglesia local. Es una pequeña colina, que seguramente fue un
adoratorio andino y un hermoso mirador. Luego de la llegada de los españoles,
le llamaron Misionera o Misión Cruz, plantando un enorme crucifijo que dividida
el pueblo de este a oeste o viceversa. En este lugar culminaban manifestaciones
religiosas andinas y cristianas como el Wayta Muruy y el Corpus Christi.
(4)
Washa,
significa, allá, y kay, aquí. San Luis hasta los finales del siglo XX, solo tenía
dos barrios tradicionales, Ramón Castilla y José Olaya. Hoy la población urbana
se ha extendido, existes otros barrios progresistas, como San Juan (ubicado
entre Pishqu Puquio, Cochapampa) Nueva Florida (entre Chapac, wallwa y
Yanacará) y Villasur (entre sheywa, Uchuk Yaku y Capulí)
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